De Presente y futuro del Museo Nacional (informe), 1913 (edición del Instituto Cultural Julio C. Tello, Lima 1951):
1.- CONCEPTO MODERNO Y NECESIDAD DE UN VERDADERO MUSEO
Un museo es. una institución destinada á preservar aquellos objetos que mejor ilustran los fenómenos de la naturaleza y los trabajos del hombre, y á la utilización de éstos para el incremento
del conocimiento y la cultura e ilustración del pueblo.
Orígen de los Museos
Museos de historia, natural, nacional ó de antropología son creaciones recientes fruto de las tendencias modernas del pensamiento; son factores fundamentales en la educación del país, y como la universidad y la biblioteca pública han venido a ser imprescindibles en toda la comunidad civilizada.
Finalidad de un verdadero Museo
El Museo no es como en otros tiempos el lugar donde se conservan curiosidades o recolecciones de especies raras, monstruosas ó destinadas á satisfacer los gustos y genialidades de monarcas, príncipes o prelados; sus especies no son para excitar la admiración y sorpresa de las gentes por su rudeza ó tosquedad ó por su finura y elegancia; el museo es para contribuir como la escuela a levantar activamente el nivel intelectual, y para capacitar al estudiante en el conocimiento de las artes, industrias é instrumentos de los pueblos pasados o presentes; para conocer los motivos materiales de avance ó retroceso de ellos, juzgarlos más humanamente, y adquirir experiencias que iluminen el porvenir.
Funciones específicas del Museo
Un Museo es un organismo vivo; una librería de consulta de objetos, conforme á la expresión de Huxley; una fuerza que trabaja incesantemente por la felicidad humana, ilustrando las maravillas
de la naturaleza, y anhelando descubrir las leyes que regulan el desenvolvimiento de la civilización.
Pero un museo no se hace simplemente con un edificio, con sólo colecciones, ó cuerpo de empleados, de simple trabajo mecánico que ignora los fines primordiales de la institución […]
Nosotros debemos comenzar la formación de un verdadero museo por la de su departamento antropológico; hay una razón fundamental para ello y es el clamoroso vandalismo y comercio que se practica con los materiales que han de constituirlo. Lo que a diario desaparece y sale del Perú no se recuperará jamás. Las plantas los animales, las rocas, como la escultura, la música, la pintura, pueden estudiarse en cualquier momento; pero los ejemplares arqueológicos que el mercantilismo destruye día a día, no tienen la virtud de reproducirse ni han sido creados para persistir indefinidamente.
El Museo como centro de investigaciones antropológicas
Un museo de antropología pretenderá adquirir un mejor conocimiento de la raza indígena: de sus lenguas, tradiciones y monumentos, de sus ocupaciones ordinarias en la agricultura, pesca, caza, guerras, artes, industrias, alimentación, vestido, enfermedades, artes terapéuticas circunstancias física y morales, peculiaridades en sus leyes y costumbres y todo lo que del dominio de la somatología, etnología, arqueología prehistórica y etnografía, englobados en la noble ciencia del hombre, la antropología, que como fin último, anhela explorar los secretos de su orígen, progreso
y destino, descubriendo las leyes generales que han regulado la historia humana en el pasado, y que si la naturaleza tiene realmente leyes uniformes la regularán en el porvenir.
El Museo como centro de convergencia de la Etnología e Historia
Un museo como el nuestro, ha de ilustrar las diversas etapas de cultura que se han sucedido o que existieron simultáneamente en el Perú. I como tan pronto nos aproximamos a los tiempos recientes las colecciones arqueológicas se hacen insensiblemente históricas a la sección arqueológica seguirá la histórica; a su vez ambas han de preparar el terreno al museo de ciencias naturales que en no lejano día todas constituirán la institución más útil y respetable del porvenir, el Museo Nacional del Perú.
El presente museo histórico ha de responder así a tres fines fundamentales:
Primero. Conservar los objetos que ilustran la historia de nuestra raza.
Segundo. Avanzar, modificar e incrementar el conocimiento que ya se posee.
Tercero. Utilizar dichos objetos y el estudio de ellos para la educación y cultura del pueblo en general.
Conservar, investigar y educar han de ser así los baluartes de toda la labor institucional.
De Introducción a la historia antigua del Perú, Lima, UNMSM, 1921.
EL CATACLISMO OCASIONADO POR LA CONQUISTA ESPAÑOLA
LA POLÍTICA NACIONALISTA DE LOS INCAS
Los Incas echaron las bases de la nueva nacionalidad; frente a elementos materiales dispersos o independientes se propusieron formar con ellos una gran Nación; para esto dejaron que las instituciones seculares existentes, las artes, las industrias y todas las conquistas de la civilización continuaran sin interrupción en su marcha ascendente; procuraron así, mediante la cooperación de tan diversas agrupaciones, formar una organización superior provista de un poder central de control y unificación. He aquí lo notable de la sabia política de los Incas.
En este estado encontraron a los indígenas del Perú los conquistadores españoles. Estos trajeron usos, costumbres, hábitos, enfermedades, religión, lengua, ideales y civilización en general, completamente distintos de los de aquéllos. Con la conquista se produjo algo así como un gran cataclismo que derrumbó casi desde sus cimientos el edificio nacional que durante muchos siglos había formado el genio indígena; los grandes canales y represas destinados a la irrigación fueron abandonados, los caminos destruídos, los templos saqueados y derrumbados, la religión perseguida, las artes olvidadas, la población humillada y esclavizada. La miscegenación [sic] resultante de indio y español creó dos clases: una que, manteniéndose en los reductos andinos y nutriéndose pobremente, va degenerando bajo la acción del alcohol, la coca, las enfermedades y el fanatismo religioso; viviendo aletargada e ignorante de su pasado, recorre año tras año, siglo tras siglo, el mismo camino tenebroso, sin una luz suficientemente fuerte que la despierte y guíe hacia la civilización; la otra que, adaptándose a los ideales, sentimientos, aspiraciones, usos, costumbres, etc., de la civilización europea, se esfuerza por formar nacionalidad, a base española o latina, poniendo de lado las bases dejadas por la civilización aborigen, imitando las características de otras tierras y nacionalidades, sin utilizar debidamente los conocimientos y métodos de la Ciencia, que nos permitiría conocer nuestro suelo y nuestra historia subyugar el egoísmo de los hombres, establecer el equilibrio económico de las clases sociales y afianzar así la nacionalidad.
Nuestra actual civilización hispano-peruana no puede levantarse sino sobre el pedestal indígena; y no puede mantenerse firme y perdurar, si no se adapta completamente al medio, si los hombres no procuran utilizar nuestros propios recursos, descubrir los secretos y maravillas de nuestra propia naturaleza, admirar la labor de nuestros antecesores, glorificar a las generaciones que vivieron en nuestro propio suelo, donde se guardan sus cenizas y del que sacaron sus alimentos y lo defendieron y utilizaron durante muchos siglos. La generación actual está obligada a hacer revivir el pasado y recoger todo aquello que pueda glorificarlo.
De El Museo de Arqueología Peruana, 13 de diciembre de 1924 (edición del Instituto Cultural Julio C. Tello, Lima 1951):
FINES Y PROPOSITOS DEL MUSEO
Esta ceremonia de inauguración tiene un alto significado en la vida nacional. Por ella se inaugura una institución científica que se propone conservar las reliquias de la antigüedad del Perú: estudiarlas y utilizarlas debidamente en la educación pública, a fin de fortalecer la conciencia nacional, manteniendo vivo en la generación presente, el sentimiento de dignidad étnica basada en la noción de las grandes obras realizadas en lo pretérito para intensificar nuestra fe y confianza en las obras aún mayores que estarnos obligados a realizar en el porvenir.
EL MUSEO COMO CUSTODIO DE LAS RELIQUIAS HISTORICAS DE LA NACION
Este Museo se crea con el objeto de preservar los productos de la múltiple actividad del hombre en el Perú, así los que ilustran su historia biológica, como la de sus artes, industrias, usos, costumbres y todos los testimonios históricos que permitan conocer su civilización, indagar su orígen y trazar su filiación étnica. El Museo constituirá un Archivo general de la Prehistoria e Historia Peruanas.
Se esforzará por exhibir debidamente clasificados, los objetos extraídos del gran archivo de los cementerios pre-colombinos; las réplicas de los monumentos, las reconstrucciones de sus principales ciudades y templos, los obeliscos, estatuas y relieves que todavía quedan en el territorio del Perú. Tratará, además, de ser un centro de informaciones para todo lo relacionado con el estudio de nuestra raza aborígen; recopilará las obras de los escritores y analistas que se ocuparon de los indios a raíz de la conquista; los trabajos de los investigadores modernos que estudian nuestro pasado; y por último, guardará las tradiciones, mitos, relatos de ceremonias gentilicias, y toda esa herencia de ideas y preceptos que todavía controlan la vida física, intelectual y emotiva de nuestro pueblo.
Creación por primera vez de un centro científico peruano
Por vez primera se crea en el Perú un instituto científico destinado a estudiar la civilización de nuestros mayores; a satisfacer no solamente una necesidad nacional, sino universal. El estudio del Perú antiguo no solo interesa a los peruanos que estamos obligados a conocer la historia patria, sino a todos aquellos que creen que la historia es una fuerza activa, que no solo ilumina el porvenir, sino que marca inexorablemente el destino de la humanidad. Es por esto que las naciones más cultas del globo, acaparan pávidamente en sus museos nuestras reliquias arqueológicas, y los cultivadores de la historia indígena censuran con acritud nuestra indiferencia y descuido por la conservación y estudio de las antigüedades del Perú.
[…]
Inauguración del Museo como escuela de futuros ideales de la Patria
Abre sus puertas hoy la institución tan insistentemente reclamada. No se va inaugurar una exposición de curiosidades que sirvan de soláz al pueblo o de distracción a los turistas, sino un centro de investigaciones científicas, y una escuela donde se forjen los futuros ideales de la patria. Una institución que se empeñe en ampliar los limites actuales de nuestro conocimiento histórico y que fortalezca nuestro espíritu y asegure nuestra fe en el progreso del país.
Estamos obligados a conocer la historia del suelo que guarda las sagradas cenizas de nuestros padres; el territorio que defendieron con su sangre y que lo trabajaron con sus sudores y lo utilizaron en beneficio de ellos y de la posteridad.
De Arqueología de Cajamarca: Expedición al Marañón-1937, Lima: UNMSM (Obras completas, Vol. I):
Pasaje del río Marañón
El segundo pasaje del río Marañón, durante la presente expedición, ha sido por oroya o waro (el primer pasaje fue por el puente colgante de Las Balsas o Shukamayo). En esta sección del Marañón hay hasta tres oroyas. La que nosotros utilizamos queda más al Sur y es de la empresa minera Pacoy. El ancho del río es de 100 a 120 m, por consiguiente, el waro u oroya es igual o un poco más ancho.
El pasaje se realiza por medio de una plataforma, de 2 m de largo por 1,50 m de ancho, que se sujeta de los ganchos de un doble carril que corre por un cable de acero de una pulgada de grosor. Tres mulas pasan primero, colgadas como sacos, sujetas por dos cinchos de maguey. Nosotros
pasamos en dos tandas, primero el equipaje y Pedro, quien se encarga de tomar una fotografía de nuestro pasaje; después nosotros (Dr. Tello, Mejía y Hernán). El pasaje se realiza por dos cables corredizos; cuando uno pasa se tira el cable en ese sentido y, al regreso, se hace lo mismo del
lado opuesto.
Después de pasar el río compramos cuarenta naranjas por cincuenta centavos las cuales nos sirvieron para desayunar y almorzar. Luego ascendimos hacia La Deliciana, que está a 5 leguas desde el río. Bajo un calor sofocante subimos hasta el lugar llamado Huayo (nombre de un
árbol que abunda en esta zona). Descansamos en una quebradita por donde corre agua cristalina; luego, avanzamos hasta las primeras chacras de caña de azúcar. Aquí descansamos un buen rato, comimos pan y cancha de miña (fréjol suave y agradable).
Pasamos enseguida por la hacienda Wayo, lugar malsano donde existen enfermedades como la verruga miliar llamada uchuyro, el koto o bocio, el paludismo, la disentería, etc.
A las 4.30 p.m. llegamos a la casa hacienda Deliciana, de propiedad del cura Antonio Goycochea. Nos atendieron amablemente. Comenzó a llover reciamente al poco rato que llegamos.
[…]
14 de diciembre de 1937
Hoy salimos temprano hacia Sukcha, distante unas ocho leguas. A las 9 a.m. llegamos al río Marañón, atravesamos el río en oroya y, enseguida, avanzamos hacia Sukcha a donde llegamos a las 3 p.m.
/1168(40)/15 de diciembre de 1937
Hoy a las 2 a.m. salimos de Sukcha con dirección a Huamachuco. La cuesta, que tiene tres leguas, la subimos en la mañana y llegamos a Cochabamba a la 1 p.m. Inmediatamente se habló por teléfono a Huamachuco para que nos alcanzara un auto a Lulichuco. Luego, avanzamos por Chusgón y llegamos a Lulichuco. Al poco rato llegó el auto con don Alberto Flores. Después marchamos hacia Huamachuco donde llegamos a las 5 p.m. Recibimos cartas de la familia.
Noticia sensible, el Dr. Tello recibió hoy una carta de su familia en la que le daban noticia del fallecimiento de su hijita Rosa en Lima. Esta noticia produjo gran pesar en el Dr. Tello, motivo por el cual resolvió salir inmediatamente a Lima.
Del Testamento de Julio C. Tello, 1947 (citado por John V. Murra, “La dimensión internacional de la obra de Julio C. Tello”, Histórica 6(1), julio de 1982):
Es del dominio público que he dedicado la mayor parte de mi vida al estudio de las culturas aborígenes del Perú […] contribuí con todas mis facultades al esclarecimiento y determinación de la antigüedad y contenido de nuestras civilizaciones autóctonas. Comprendo que he realizado sólo una mínima parte de mis aspiraciones. Espero que otros hombres las completarán. Entretanto […] creo haber rendido merecido tributo en homenaje al genio creador del aborigen peruano, base de nuestra nacionalidad. No obstante mi empeño, no me ha sido posible analizar y estudiar de manera definitiva todo el inmenso material descubierto y acumulado durante largos años de labor […] El público conoce sólo una parte mínima de ellos. Por fortuna mis colaboradores inmediatos, particularmente la Dra. Rebeca Carrión Cachot y el Sr. Toribio Mejía Xesspe los conocen en toda su amplitud y contenido, conforme a los respectivos inventarios, apuntes, dibujos y memorias explicativas en cuya preparación han prestado sus servicios con desinterés, capacidad y lealtad.
De Alberto Arca Parró, “El Profesor Tollo y la Reforma Universitaria”, Amauta 14, abril de 1928 (reseña del libro de Tello sobre este tema):
[Tello] historia la génesis de Harvard y la compara con la de su Alma-Mater. Le choca la orientación netamente profesionalista de “San Marcos”, formada por facultades apenas conectadas por débiles lazos de simple administración y de hecho distanciadas de cuerpo y espíritu, que forman un agregado de instituciones de enseñanza prescrita “que desde ningún punto de vista puede considerarse como una “Universidad”. Contrasta esta tendencia con la de la Universidad Moderna—encarnada, en su concepto, en Harvard—que, como una de las manifestaciones revelantes de las leyes del progreso, tiene como propósito fundamental: incrementar, purificar, refinar y ennoblecer los conocimientos adquiridos en el pasado para así enriquecidos legarlos a la posteridad; “esta es la labor que tiene la Universidad en el Mundo civilizado: conservar y aprovechar las pasadas experiencias de la Humanidad para alumbrar el porvenir.”
[…]
LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA
Sostiene el autor que al Profesor universitario asiste el derecho de emplear el método que más convenga a su enseñanza; de estudiar y criticar con amplia libertad cualquier doctrina religiosa, política o social. Pero, cree que esa libertad llevada al campo institucional resulta perjudicial, a tal punto que una universidad que confecciona sus estatutos; que elige libremente su personal de maestros; que maneja igualmente sus finanzas, y en una palabra, que se gobierna a sí misma está expuesta a los peligros que trae consigo esa libertad e independencia. Las instituciones autónomas tienden a estancarse—dice—haciéndose conservadoras. Es, con este criterio, que preconiza la creación de una Junta de Supervigilancia formada por delegados de los maestros, de los estudiantes, del Gobierno y del Parlamento.
[…]
LA INVESTIGACION CIENTIFICA
No podemos dejar de referirnos a uno de los capítulos más sugerentes del libro de Tello, aquel en que hace un verdadero llamado a los hombres de Ciencia del país y a las instituciones que la cultivan para que dediquen sus energías no solamente a incrementar sus conocimientos sino a fomentar la producción original, como único medio y fin de la educación. Insiste en que la función de investigar no es característica solamente de las grandes universidades ni corresponde necesariamente a una etapa avanzada en la evolución de esta clase de instituciones. Ella es —dice— esencial a toda Universidad que merece el nombre de tal sea cual fuere su categoría.
De John V. Murra, “La dimensión internacional de la obra de Julio C. Tello”, Histórica 6(1), julio de 1982:
Es muy conocida la insistencia de Julio C. Tello acerca de la importancia generativa de Chavín como “cultura matriz en los Andes”. Pero se oye con menos frecuencia la observación que el desarrollo de este concepto por Tello en los años 20 influenció veinte años más tarde la percepción que surge en Meso-América del fenómeno Olmeca. En la mesa redonda de antropología mexicana, reunida en Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas, en 1942, se habló de lo Olmeca ya no como una notable cultura más, sino como una manifestación fundamental que liga lo Maya con las culturas serranas de Morelos y Guerrero, las zonas cálidas de Veracruz y Tabasco con el altiplano Tolteca. Los tempranos entusiastas de los olmecas, como Covarrubias o Piña Chan, eran conscientes de las hipótesis del Dr. Tello. El papel de una “cultura matriz” y los posibles contactos entre lo Olmeca y Chavín fueron temas de debate en vida de Tello y siguen siéndolo hasta hoy (…). En el simposio sobre correlaciones andino-mesoamericanas reunido en 1971, en Salinas-Ecuador, como también en el seminario comparativo convocado por Angel Palerm, en México, en 1972, los participantes provenientes de las repúblicas andinas, tuvieron la oportunidad de evaluar la situación actual de estas interrogantes básicas en la antropología americanista.