José Carlos Mariátegui fue, además de escritor, investigador y pensador político, un gran articulador de inteligencias, discursos y temas de actualidad, en un afán sistemático por transformar la realidad social hacia una de justicia e igualdad. Las herramientas con las que realizó tan titánica labor en tan corto espacio de tiempo —falleció a los 35 años de edad— fueron, principalmente, la revista Amauta, la editorial Minerva y el Partido Socialista del Perú, y, por supuesto, no lo hizo solo, sino que contó con algunos de los pensadores (hombres y mujeres) más brillantes y de avanzada presentes entonces en el Perú y al alcance en el mundo.
Nació en Moquegua en 1894, en el seno de una familia humilde. Desde muy niño se enfrentó con una salud frágil, lo que probablemente se agravó por la situación de carencias en que creció. Se formó de manera autodidacta y se empleó en imprentas periodísticas desde niño, lo que lo puso en contacto tempranamente con las tareas técnicas de la imprenta pero también con la escritura y el periodismo. En 1916, en Lima, habiendo publicado alguna crónica bajo pseudónimo, se relaciona con el grupo Colónida de Abraham Valdelomar y escribe lo que después llamará “la edad de piedra”, refiriéndose a su juvenil poesía y narrativa literaria.
Pero es el periodismo lo que le interesa. Funda revistas: Nuestra época, La Razón, y su pensamiento se va aproximando al socialismo: pronto se convertirá en el primer gran teórico marxista latinoamericano, y su obra será de cabecera en la interpretación de la realidad de nuestro continente desde el punto de vista del materialismo histórico-dialéctico, el método marxista. En 1919 Leguía clausura La Razón, que venía alentando en sus páginas los reclamos de los movimientos populares.
Viaja a Italia, interactúa con algunos de los principales líderes del comunismo europeo que está en flagrante explosión; depura su pensamiento y afina la adaptación del marxismo para la explicación de la realidad peruana, que es también una enseñanza latinoamericana (es el primero en conceptualizar el problema indígena como un problema continental). Contrae matrimonio en Italia con Anna Chiappe, y en 1923 vuelve al Perú ya con familia, dispuesto a emprender el proyecto que tres años después (demora debida a sus padecimientos de salud) será Amauta. Mientras tanto, colabora en las revistas Variedades y Mundial, las más difundidas de entonces, tan características por su novedoso uso de la impresión a color en las ilustraciones de carátula.
Sufre la persecución política de Leguía junto con otros intelectuales, como Haya de la Torre, con quien hasta entonces había compartido objetivos políticos, pero sus diferencias los llevan a la ruptura en 1928.
Aunque su obra periodística y ensayística en medios es vasta, sólo publicó dos libros como tales: La escena contemporánea y el clásico 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, libro fundacional de lectura obligatoria para todos quienes quieran conocer a fondo el Perú, el de ayer como el del mañana.