“Me interesaría remarcar algo que se dice, que en el Perú había una desafección de las mujeres por la política. Según los archivos, y los trabajos a los que he tenido acceso, podría decir que esto no es así. Claro, no vamos a pensar que fue como las luchas en Estados Unidos o como en Inglaterra, donde las sufragistas han emprendido unas batallas increíbles. Dentro de nuestros estándares, estas luchas suceden y desde temprano. Ya desde 1914, María Jesús Alvarado está reclamando un espacio para las mujeres en la sociedad, en la cultura y en la política, a través de su asociación Evolución Femenina. Más tarde, Zoila Aurora Cáceres forma el movimiento Fe minismo Peruano. Ellas van a estar acompañadas también por intelectuales varones, que ven en estos reclamos algo justo.” (p. 112)