AMOR POR EL PERÚ: Mujer tacneña

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Las integrantes de la Benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna son ejemplo de patriotismo. Durante el cautiverio, mantuvieron los lazos con el Perú.

 

“Mi bisabuela estaba embarazada de mi abuelo, su quinto hijo. Ella tenía ocho meses y pico de gestación. Mi abuelo iba a nacer aquí, en Tacna. ¿Qué iba a decir, entonces, el registro civil? ‘Nacido chileno’. ¿Qué hizo mi bisabuela? Alistó las cosas que necesitaba para ella y el bebé, se subió a un caballo y se fue a Lavalle. Y Lavalle era el Perú. Bajó del animal y al poco rato le vinieron los dolores, y nació mi abuelo. Nació en el Perú”, cuenta la poeta Eleanor Zelada.

Ella es sobrina-nieta de la educadora Zoila Sabel Cáceres (1871-1954), una de las mujeres que luchó por la libertad y que educó en el patriotismo a sus contemporáneos.

 

Largo cautiverio

La Guerra del Pacífico (1879-1883) tuvo terribles consecuencias para el Perú. Tras la derrota ante las fuerzas chilenas, nuestro país se vio sumido en una profunda crisis social y económica, de la cual nos fuimos recuperando lentamente. Pero para el pueblo tacneño significó un problema que se prolongó por cerca de medio siglo: la etapa del “cautiverio”, entre 1880 y 1929.

Fueron 49 años en los que las manifestaciones públicas de peruanidad estuvieron prohibidas. En ese complejo contexto, la figura de la mujer tacneña fue clave para que Tacna fuera, finalmente, reincorporada al Perú.

 

Siembra silenciosa

Así como Eleanor Zelada, muchas son las mujeres que viven en Tacna orgullosas del legado de sus antepasadas, que resistieron la invasión chilena sembrando el patriotismo en sus hogares y en las escuelas.

Fue justamente durante esa época, específicamente el 31 de enero de 1897, cuando 184 mujeres fundaron la Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna. Su primera presidenta fue la maestra Carolina Vargas.

Este colectivo se creó con el objetivo de resguardar a la mujer, a los varones, niñas y niños desprotegidos que sobrevivieron a los años de la guerra.

“La mujer tenía que agenciarse, de alguna manera, para vivir, para subsistir con su hogar. Muchos esposos habían muerto en el campo de la alianza”, explica la poeta Zelada.

“Yo soy la tercera generación”, señala por su parte Carmen Salleres, actual presidenta de la histórica sociedad. “Mi abuelita y mi mamá pertenecieron a la Benemérita. Entonces, por identificación y por nuestra región, decidí pertenecer a la Benemérita, como una forma de mantener la institución porque las personas pasamos, las edades avanzan, y es importante que las generaciones se puedan renovar. La parte patriótica, la equidad de género, que es fundamental, fueron las razones por las que decidí pertenecer acá a la institución”.

 

Grabada con tinta

El 28 de agosto se conmemoraron los 93 años de la reincorporación de Tacna al Perú, gracias al Tratado de Lima, el cual estableció el retorno de Tacna al Perú y la permanencia de Arica en Chile.

El retorno fue posible gracias a la resistencia del pueblo tacneño, que se enfrentó a los intentos de chilenizar el sur del Perú.

“Esto no se cumplió porque las mujeres de Tacna dentro de sus hogares tenían una escuela de patriotismo. En ese tiempo muchas escuelas fueron cerradas, pues se encontró que enseñaban el Himno Nacional o los símbolos de la patria; nuestra institución también fue cerrada por un buen tiempo por los mismos objetivos: ellos querían que Tacna se chilenice”, rememora Lourdes Guevara, dos veces presidenta de la Benemérita y su actual vicepresidenta.

 

Mi patria, mi bandera

Para el pueblo tacneño, por eso, cada 28 de agosto es una fecha de sumo patriotismo y de mucho respeto y orgullo por la bandera peruana.

“Es un sentimiento de amor, de valentía, de entrega y de mucha tristeza porque se recuerda toda esa época nefasta que hemos vivido, que vivieron nuestros antepasados. Eso no se olvida”, destaca Lourdes.

 

Placa significativa

Como parte de la conmemoración de este importante hito de nuestra historia republicana, se develó una placa en honor a la mujer tacneña. En el acto, participó la ministra de Cultura, la tacneña Betssy Chávez. En su discurso, dijo: “Permítanme saludar con un recuerdo y con la memoria a todas aquellas mujeres de la resistencia de un proceso de cautiverio sumamente complejo. Para ellas honor y gloria […] Nos parece sumamente importante dejar un registro público a la labor de la mujer tacneña en aquellos años tan difíciles. Esta placa nos permite, además, develar la necesidad de seguir trabajando de manera articulada”.

 

Cifra

49 años duró el cautiverio de Tacna.

 

(Gonzalo Silva Infante / Proyecto Especial Bicentenario)