La minería ilegal y su impacto en tiempos de la pandemia

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Los testimonios de un periodista de Madre de Dios y de la coordinadora del CAR en Cusco que recibe a adolescentes víctimas de trata de personas, permiten ahondar sobre el impacto de esta actividad y sus delitos conexos en tiempos del covid-19.

 

1.

Con un tiro en la cabeza, el campesino Carlos Llanos Castillo se convirtió en la víctima más reciente de la minería ilegal en el distrito de Inambari, en la región Madre de Dios. El viernes 15, tres encapuchados llegaron a su parcela para exigir cupos, como se negó, lo asesinaron delante de sus cinco hijos.

El periodista Manuel Calloquispe ha contabilizado en la zona un total de 40 asesinatos desde febrero del 2019. La gran mayoría de las víctimas fatales registradas en La Pampa y su exponenciada “zona de influencia” son mujeres vinculadas a la trata de personas y la prostitución.

Además de los 5 agricultores que se negaron a pagar cupos o a dar sus parcelas para la minería ilegal, figuran también 3 defensores del medioambiente, 2 policías y un oficial de la Marina.

Hay otras cifras desconocidas: los trabajadores mineros asesinados y los que quedaron sepultados mientras trabajaban. Porque las condiciones son altamente precarias: los mineros ilegales están expuestos a derrumbes en las pozas de agua, hay deslizamientos de tierras, y las rutas de ingreso son solo trochas donde también son comunes los choques entre motos lineales y motocargadores.

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“La minería ilegal durante la pandemia se ha incrementado de forma extraordinaria. Hay nuevos enclaves mineros aprovechando el retiro de la vigilancia policial y los grupos armados que brindan seguridad en estas zonas han intensificado sus acciones”, resume Calloquispe.

El retroceso de la presencia del Estado ha multiplicado las garitas de control en las trochas o caminos de ingreso a las zonas mineras. “Ellos supuestamente ofrecen seguridad, pero son los que cobran a los mineros, a los transportistas, a los prostibares. Y tienen armamento de largo alcance. En Inambari hay por lo menos 15 fusiles ametralladoras AR15”, cuenta el periodista, cuya vida varias veces ha sido amenazada.

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Con la llegada de la pandemia, La Pampa y su zona de influencia crecieron significativamente. La crisis económica que afecta a Madre de Dios y la falta de oportunidades laborales se puede resumir en que hoy las trabajadoras sexuales o las que hacen el “acompañamiento” a los parroquianos son del mismo Puerto Maldonado. No les importa el alto riesgo que corren en estos espacios donde la seguridad queda de lado.

Calloquispe diferencia grandes etapas de la minería ilegal. La primera fue por la llegada de los inmigrantes pobres andinos que buscaban oportunidades y se dedicaron a estas actividades como minería, tala ilegal, la agricultura migratoria y otros.

Si entre el 2011 y el 2018 la zona de La Palma se ubicaba entre el kilómetro 104 y el 110 de la Vía Interoceánica y la margen izquierda de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, desde hace tres años se ha expandido a ambos márgenes de la carretera y su presencia ha aumentado, entre los kilómetros 68 al 145 de la vía.

El operativo Mercurio, que se inició en febrero del 2019, tuvo un control del lugar hasta la llegada del covid-19 y hoy, a pesar de los cinco controles (dos de la Policía Nacional y tres de las Fuerzas Armadas), que realizan control de la carretera y el paso ilegal de combustible, la minería ilegal se ha incrementado.

Se sabe que la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac), de la Policía Nacional, ha logrado infiltrarse en las organizaciones criminales, y se espera este año conocer los resultados de este trabajo de inteligencia con nuevos golpes a las bandas.

2.

“T’ikarisunchis”. “Estamos floreciendo”. Las propias adolescentes bautizaron con ese nombre al Centro de Acogida Residencial (CAR) especial del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif) que se encuentra en el distrito de San Sebastián, en Cusco.

Desde el 2019 este centro recibe casos de adolescentes víctimas de trata de personas y explotación sexual. Tienen una capacidad instalada para atender hasta 15 chicas a la vez. En el 2021 atendieron a 26 chicas y en lo que va del año, ya suman 24.

La coordinadora del T’ikarisunchis, Jessica Choque, cuenta que no todas las adolescentes son de la Ciudad Imperial. Hay algunas venezolanas y bolivianas; y de otras regiones del Perú. Su común denominador es que vienen de familias disfuncionales, con carencias de afecto, donde hay negligencia, consumo de alcohol.

La mayoría de las chicas llega a la CAR cusqueña luego de ser rescatadas y tras la evaluación de sus casos, por disposición de los juzgados, o la unidad de protección especial del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), que en Madre de Dios trabaja con la fiscalía de trata y el Inabif. Algunas van al CAR Florecer, en Madre de Dios; otras, al Tikarisunshis.

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Cuando las chicas llegan a zonas como La Pampa, primero las emplean lavando platos o ayudando en la cocina; después las llevan al bar, las inducen a beber con los clientes y, posteriormente, a tener relaciones sexuales.

Pero la trata de personas en zonas de minería ilegal ha cambiado sus estrategias. “La trata ha variado en estas zonas. Ya no hay privación de la libertad. Los tratantes cuando las reclutan tratan de hacerse amigos, enamorados; les ofrecen ofertas de trabajo en Madre de Dios, luego, cuando las trasladan, les brindan todo lo que ellas quieran, teléfonos celulares, les ofrecen grandes cantidades de dinero, y ya estando en estos lugares les hace el cobro. Ellas tienen una libertad relativa: son constantemente monitoreadas por los tratantes”, dice Choque.

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Muchas chicas víctimas de la trata sufren el síndrome de abstinencia porque fueron expuestas al abuso de drogas y el alcohol. En el CAR se trabaja en su salud física y en la restitución de sus derechos, que incluye la restitución de su identidad, con un trabajo de la mano con el Reniec, la oficina de Migraciones y las embajadas de los países de donde proceden las menores.

El Estado les provee atención médica a través del SIS y se brinda atención especializada con terapias para las menores y sus familias. Se busca así recuperar la parte emocional de ellas. Y luego reinsertarlas al sistema educativo. Solo cuando las investigaciones están avanzadas se permite que ellas asistan presencialmente a clases.

“La sociedad no ha tomado conciencia sobre esta problemática. En algunos lugares, la trata de personas se ha normalizado: cuando las adolescentes inician el contacto con estos tratantes, les compran vestuarios, objetos, y las familias lo normalizan, no lo ven como una problemática sino como ‘algo parte de adolescencia”. No se ha tomado conciencia real de la trata de persona y tampoco se ha conectado esta actividad con la minería ilegal”, dice Choque.

Datos:

“El impacto de la minería ilegal en el Perú” es el tema del Primer Diálogo Bicentenario Descentralizado.

El encuentro es organizado por el Proyecto Especial Bicentenario (PEB) del Ministerio de Cultura y el Gobierno Regional del Cusco.

Participarán el francés Manuel Rodríguez; la surfista Sofía Mulanovich; el cineasta José Luis Zelada; el periodista Manuel Calloquispe y la especialista del Inabif, Jessica Choque.

También contarán con testimonios de Leonel Jipa Vargas, de la comunidad shipiba San Jacinto; y el economista Víctor Torres Cuzcano, de la UNMSM, entre otros.

Se realizará hoy, a las 16:00 horas, en el Teatro Municipal del Cusco. Ingreso libre.

Evento será transmitido en directo por las redes sociales del PEB.

Cifra

6 meses de tratamiento necesitan como mínimo las adolescentes rescatadas.

 

Fuente: https://elperuano.pe/noticia/170967-la-mineria-ilegal-hoy