Conoce a Pedro Paulet, el genio arequipeño que inspiró la Era Espacial

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El nombre del alemán Wernher von Braun es ampliamente conocido en el mundo de la astronomía. Fue responsable del diseño de los cohetes Saturno V, uno de los que impulsó a la nave Apolo 11  que llevaría a Neil Amstrong y compañía a poner los pies sobre la Luna. Estos cohetes fueron posibles gracias al empleo de combustible líquido.

Von Braun, en la obra “Historia mundial de la astronáutica”, hace referencia a un inventor peruano, exactamente de Tiabaya, quien al haber planificado una serie de motores impulsados por combustión, debía ser considerado como parte de la historia de la era espacial. Él era Pedro Paulet, uno de nuestros mayores genios. Conozcamos su vida a partir de investigaciones hechas por el comunicador Álvaro Mejía, uno de sus principales biógrafos.

El padre Duhamel y Julio Verne

Tiabaya es un histórico distrito al sur este de Arequipa, lleno de campiñas, rodeado por el río Chili y bordeado por lo que hoy se conoce como la variante de Uchumayo. De ahí venía la familia de Pedro Eleodoro Paulet Mostajo, quien nació en Arequipa en julio de 1874. Huérfano de padre, fue educado por el sacerdote francés Hippolyte Duhamel, fundador del colegio San Vicente de Paul, una escuela de vanguardia en Arequipa destinada a formar de manera gratuita a hijos de familias pobres.

Paulet había mostrado desde muy niño inquietud por temas muy diversos, pero sobre todo por todo aquello que pudiera volar. Pronto, en la escuela, accedió a los libros de un autor de ciencia ficción de moda, que llegaron por auspicio de Duhamel: Julio Verne. De hecho, él mismo afirmaba que la novela «Alrededor de la luna» del escritor francés lo había inspirado.

Pedro reconocía en una de sus memorias que una de las mayores diversiones en su Arequipa natal eran los fuegos artificiales, a los que no se les tenía miedo por ser la ciudad edificada con lava de un antiguo volcán: el Misti. “Desde pequeño aprendí a confeccionarlos, atando algunas veces sus guías redecillas con objetos”, indica. Recordemos que su infancia fue atravesada por la guerra con Chile, por lo que las referencias a las bombas y la pólvora eran conversación diaria en la ciudad. Esto pudo haber influido en su inacabable curiosidad.

La UNSA y la vida en París

Luego de su experiencia como acuarelista y fundador del Centro Artístico de Arequipa, Paulet ingresó a la Universidad San Agustín de Arequipa, donde forma parte de la Asociación Patriótica, que buscaba recuperar Tacna y Arica, influenciada por las prédicas de Manuel González Prada. «Paulet casi no entró por falta de dinero, pero el rector pidió que se le tome un examen frente a un jurado, sorprendiendo a los presentes con su capacidad. Él no era un desconocido en Arequipa, aparecía en diarios por los premios que ganaba», sostiene Álvaro Mejía.

En 1895, con solo 21 años, Paulet se fue a estudiar en Francia, donde cursó arquitectura. En 1897 fue integrado a la Sociedad Astronómica Francesa. En paralelo, se ganó la vida como periodista en diarios franceses. Hasta aquí ya hemos narrado a un Paulet pintor, universitario, luchador social, arquitecto y astrónomo. Pero hay más.

En 1898, fue admitido por el Instituto de Química Aplicada de La Sorbona, y solo un tiempo después representó al Perú en la Exposición Universal de 1900. En 1901 se hizo miembro de la Sociedad Química de París.

En ese período, Paulet diseñó la idea de un avión cohete impulsado por combustible líquido. Hay que recordar que el primer vuelo empleando un motor, a cargo de los hermanos Wright en Ohio, se llevó a cabo en 1908, casi una década después que los planes del arequipeño.

Sin embargo, el avión de Pedro no era como el de los hermanos, sino que se asemejaba a los cohetes que nos llevarían a la luna. Así, estos estaban planeados para elevarse verticalmente, detenerse en cualquier punto de la atmósfera, poder volar a más de 20 mil metros de altitud, no ser deformados por la presión, descender verticalmente y sobre todo llevar pasajeros. ¿Te suena al Apolo 11?

El retorno a Perú y la Escuela de Artes

Tras su paso por París, fue llamado por el presidente Pardo para reabrir la Escuela de Artes y Oficios, cerrada desde la guerra con Chile. Además, ideó y supervisó la construcción del hospital Goyeneche de Arequipa, dirigió el diario El Peruano y encabezó un movimiento para renovar los barcos de la armada peruana.

Luego de varios años de trabajo para el Estado, y tras polemizar con ingenieros locales sobre el futuro de la aviación -decía que el futuro eran los motores y no las hélices-, Paulet se mudó nuevamente a Europa. No sería sino hasta 1927 que una carta enviada por el mismo arequipeño a El Comercio de Lima donde explicaba la naturaleza de su motor, fue tomada en consideración por diversos científicos de Alemania y Francia, sin que desde el gobierno peruano reciba respuesta alguna.

Su experiencia alemana

Ferviente admirador de la ingeniería alemana, Pedro Paulet y sus avances fueron acogidos por la Verein für Raumschiffahrt. «Este era el centro de investigación de temas espaciales más importantes de su época. Luego vendrían sociedades en Francia, Inglaterra, la Unión Soviética o Estados Unidos», afirma Mejía.

Hay muchas otras cosas que Paulet hizo, sin embargo, vale la pena resaltar que no se trató de un hombre que nació por accidente en Perú y luego consiguió gloria en otros países, sin mayor relación con nuestra patria. Pedro hizo patria en Arequipa y Lima por muchos años. Si bien sus avances no fueron acogidos como en Europa, recibió del Perú muchos de sus mejores años, donde organizó una de las principales escuelas técnicas del país, que hoy sigue de pie en la avenida Grau.

El satélite peruano y Paulet

Como colofón, vale añadir que el Perú Sat-1, el satélite peruano lanzado en el 2016, empleó peróxido de nitrógeno para su viaje, tal como Paulet lo planeó.

Puedes leer la investigación completa de Álvaro Mejía, «Pedro Paulet, sabio multidisciplinario», en el siguiente enlace: https://revistas.ucsp.edu.pe/index.php/persona/article/view/209/230