La bahía de Paracas fue el lugar escogido por el general José de San Martín, para el desembarco de una fuerza militar conformada principalmente por soldados argentinos y chilenos con el fin de liberar al Perú del dominio español. Por eso, el desembarco de la expedición , fue un acontecimiento con un profundo simbolismo republicano que comprometió a diferentes países de la región a favor del proceso independentista continental.

La Expedición Libertadora partió de Valparaíso el 20 de agosto, en una flota de 25 naves bajo el mando del escocés Thomas Cochrane. Junto a San Martín llegaron Juan Antonio Álvarez de , Bernardo Monteagudo, Juan Gregorio de las Heras y el peruano Toribio de Luzuriaga, entre otras figuras que tuvieron un papel destacado en la lucha por nuestra independencia.

Etna Velarde: desembarco en Paracas

En la noche del 8, las primeras tropas tomaron el pueblo de Pisco. Cerca de la plaza, se estableció el primer cuartel de San Martín en el Perú, en la casa del marqués de Campo Ameno, donde hoy funciona el Club . Inmediatamente, se empezaron a publicar una seria de proclamas en español y quechua que serían distribuidas a varias partes del Perú. Para San Martín era importante reclutar voluntarios que se adhirieran al Ejército Libertador. En una de estas proclamas, arengó a sus soldados con las siguientes palabras:

Desde su cuartel de Pisco, sitio estratégico por su cercanía a Lima, partió Álvarez de Arenales rumbo a Ica y de allí a la sierra. Aquí .  En Pisco, San Martín creó nuestra primera bandera nacional, con la que proclamó la independencia del Perú el 28 de julio de 1820. Era el inicio de un largo camino para conseguir la independencia, que se consolidaría en los campos de Ayacucho en 1824.

Con fortaleza, resiliencia y estando verdaderamente unidos venceremos la batalla que hoy libramos en medio de una pandemia que nos sigue golpeando. Pero ya hemos demostrado que es posible hacer de estas características los motores que nos impulsen a la búsqueda de nuevas libertades a través de nuestras acciones.

Son otras las libertades que nos permitirán llegar y trascender al Bicentenario como una nación que se reconozca diversa y que, tras esta crisis, podrá establecer las bases para un desarrollo integrador, democrático, inclusivo y con equidad para todas y todos.