Por más Marimachas en un país donde se espera que todas sean Marías

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Por: Bertha Prieto
Unidad de Gestión Cultural y Académica – Proyecto Especial Bicentenario
8 de marzo de 2022

 

María Marimacha es la historia de terror que nos cuentan para enseñarnos la importancia de obedecer. Especialmente a las mujeres. Ella no es tonta. Le arranca el corazón a su tío muerto en el cementerio y orina en la calle, dentro de una botella, para solucionar el problema que causó su impulso y pensamiento propio. Parece ingenua, pero es independiente y astuta. Esta niña juega en la calle, no se amilana frente a los niños y llega a su casa en un país donde no todas lo logran.

Hace unos años, en las redes sociales, el hashtag #MiPrimerAcoso se convirtió en tendencia en el Perú y otros países de Latinoamérica. Las mujeres contaban cómo y cuándo había sido la primera vez que las acosaron sexualmente en el espacio público, es decir, en la calle y el transporte. Las edades variaron desde los cinco hasta los trece años con manifestaciones de todo tipo: silbidos, miradas, tocamientos, seguimientos, comentarios, exhibicionismo, entre otros; y bajo distintas modalidades: intempestivas y anónimas o recurrentes. En el 2022 no existen estadísticas oficiales y nacionales peruanas sobre la frecuencia con la que las niñas experimentan este tipo de violencia, pero es sistemática y ocurre fuera y dentro del hogar.

Conocemos también que, en muchos casos, el acoso es el mecanismo previo que se requiere para lograr algo mayor, de la mano con el silencio. La manipulación de la víctima se adquiere con la obediencia ante la autoridad, que es el hombre que indica guardar silencio, no decir nada, bajo amenaza: él encarna el peligro. Más del 80% de denuncias de violencia sexual en el país provienen de niñas y adolescentes, según los datos del Ministerio Público. Los tíos, seguido de los padrastros, padres, primos, hermanos, abuelos y cuñados, encabezan la lista de responsables.

Por esta y otras realidades, las madres que tienen las condiciones para hacerlo aplican estrategias de seguridad con sus hijas. Algunas medidas implican restringir el contacto con el mundo exterior y controlar sus horas de llegada o negarles la salida, a menos que tengan compañía. La consecuencia es generar falsas expectativas de sí mismas, subestimar sus capacidades de defensa y reforzar el estereotipo de las mujeres débiles que dependen de la fuerza de alguien más para existir.

¿Qué buscaba el tío de Marimacha? “María Marimacha, devuélveme mi corazón…” repetía mientras deambulaba. Recordemos que la protagonista apostó el dinero que le dio su madre para que comprara en el mercado carne y aceite, mientras jugaba canicas con sus amigos en la vereda. ¿Quería un corazón o darle una lección a su sobrina callejera? Al margen de la ficción, es un hombre que demuestra su autoridad masculina frente a la desobediencia y astucia femenina, valiéndose de la vulnerabilidad de una niña sola y con miedo. Es un abuso de poder desde varios ángulos. Ingresa a la casa como si fuera suya, llega hasta uno de los cuartos y, al verla desprotegida, se acerca a ella y la castiga matándola. Visto de otra manera, María Marimacha murió en silencio y paralizada por las amenazas de un hombre adulto. Más que enseñarnos a obedecer a nuestra mamá, este relato debería enseñarnos a gritar y escapar cuando un hombre nos acecha y ataca.

“María” es un nombre bíblico asociado a la pureza de las mujeres, a las que están muy cerca de ser inmaculadas, dignas de respeto, pudorosas y, sobre todo, obedientes; mientras que “Marimacha” es el término que se utiliza para calificar a las desobedientes, machitas, “masculinas”: las que juegan en la calle, se ensucian las rodillas, responden, tienen amigos, “son vivas”, aman a otras mujeres o, sencillamente, se arriesgan. Es grave el mensaje que nos aleja del espacio público y nos condena cuando escogemos dimitir la sumisión. Por más Marimachas en un país donde se espera que todas sean Marías.

Para escuchar la historia de “María Marimacha”, visita la web de la Biblioteca Bicentenario en www.bicentenario.gob.pe/biblioteca/podcasts/abreorejas o busca “Abreorejas” en Spotify, Ivoox y otras plataformas de podcast. Abreorejas es una serie de audiolibros infantiles y juveniles narrados por los Abuelas y Abuelos Cuentacuentos de la Casa de la Literatura Peruana.